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El nadador Luis Huerta y el jugador de baloncesto en silla Pablo Lavandeira, optimistas en su camino hacia los Juegos, pese al aplazamiento a 2021
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Huerta considera el parón “como un aprendizaje” y Lavandeira espera poder afianza su trayectoria en Madrid, en el potente Ilunion la próxima temporada
A ambos, la primavera les hubiese traído -previsiblemente- buenas noticias, aunque los dos coinciden en que “eso habría que verlo”. Luis y Pablo, Pablo y Luis señalan a sus técnicos cuando se les hace la pregunta del millón, estos días oculta -eclipsada, mejor- por una pandemia que ha dado al traste con su sueño paralímpico.
“El verano prometía”, admiten casi al unísono, aunque para ello aún hubiera que pelear mucho para plantarse en su gran sueño, los Juegos Paralímpicos de Tokyo.
Pablo Lavandeira, de 20 años, es uno de los jugadores con más proyección del panorama nacional. El joven vallisoletano, que se estrenaba esta temporada en Madrid con el CD Ilunion, tenía los Juegos en el horizonte, después de una temporada que “iba a ser la del equipo”, admite.
El coronavirus se cruzó en la trayectoria de Lavandeira, para aplazar al menos un año sus anhelos paralímpicos en el país nipón. “La preparación que llevaba creo que era la mejor de todas, estaba a un buen nivel. No se si hubiera sido suficiente para ir a Tokyo o no”, explica antes de afirmar que cree que tiene “las mismas opciones” de estar en los Juegos el próximo año.
No es el caso de Luis Huerta, de 19 años. “Creo que tengo muchísimas más oportunidades de estar en los Juegos, porque iba un poco justo de forma”, afirma. “Ahora tengo todo un año para poder coger una gran aptitud física y pelear por un buen puesto en Tokyo”, señala.
Los dos tratan de entrenar estos días como pueden. “Agradezco tener jardín y también poder sacar a pasear al perro. Tengo material para poder seguir haciendo gimnasio en casa, ya sea con mancuernas, con gomas… una mesa… cualquier cosa que tenga peso o esté sujeta me sirve para poder mantenerme en forma”, indica el escolta del Ilunion, que también añade que desde el club madrileño y la propia selección española le mandan ejercicios para no estar parado.
En el caso de Luis, sigue a diario los entrenamientos dictados por los técnicos del Centro de Tecnificación Deportiva Río Esgueva, en Valladolid. “Intento mantener una rutina y ser lo más positivo posible”, afirma. Una situación que no le es desconocida y que ha aprendido después de una reciente lesión que le había puesto en jaque la temporada.
“El confinamiento y toda esta situación ha sido dura, pero siendo sincero también ha sido un poco alivio deportivamente claro está”, explica Luis. “Tuve una lesión de rodilla y me costaba recuperar la forma, así que ya cuando vuelva tendré la misma forma física que los demás”.
La forma de vivir la pandemia
Pablo, que sigue con clases, está poniéndose al día “con series, películas y con los estudios, así que perder el tiempo no lo estoy perdiendo”, subraya un jugador que tenía la ilusión de levantar un título con su nuevo equipo. “Tenía la ilusión, pero viendo la situación lo más importante es la salud de todos los jugadores y creo que ha sido una medida muy acertada el suspender la liga y competiciones continentales“. “Creo que si no se hubiese suspendido, es más, estoy casi seguro que si no hubiera ocurrido esto, el triplete se hubiera venido a Madrid”, indica el vallisoletano.
En el caso de Luis, la temporada era buena hasta la lesión. “Iba bastante bien, la verdad. Estaba bajando de tiempos, pero la lesión truncó un poco la progresión y bueno ahora tengo un año más para Tokyo”, afirma con un mensaje optimista de quien sabe que 2021 está a la vuelta de la esquina.