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Los clubes de Castilla y León de baloncesto en silla de ruedas superan el ecuador de la Liga División de Honor en la mitad de la tabla
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En la Liga de la regularidad, en una de esas competiciones en las que los técnicos y los jugadores claman por mantener una normalidad deportiva, el baloncesto en silla de ruedas no se escapa a esos problemas que salpican al deporte en todas sus modalidades.
Si en el fútbol -por poner el ejemplo más visual-, no hay semana sin ausencias de jugadores, falta de entrenamientos o una sinfín de recuperaciones de jornadas aplazadas debido a la ‘era covid’, la División de Honor de Baloncesto en Silla de Ruedas no ha sido ajena a estos problemas en la primera mitad de la temporada.
El mejor ejemplo lo encarnó la primera plantilla del Servigest Burgos, en Castilla y León, que vivió un brote por la enfermedad dentro del equipo, lo que le ha lastrado en esta primera parte de la temporada tanto a nivel de entrenamientos, como trastocando el calendario. De hecho, uno de los partidos que no se pudo jugar en su día fue el esperado derbi autonómico entre los burgaleses y el Fundación Aliados de Valladolid.
En el equipo vallisoletano la situación internacional tampoco ha favorecido el desarrollo del equipo de José Antonio de Castro. Los pucelanos siguen esperando a que el iraní Omid Hadiazhar pueda resolver trámites burocráticos para reincorporarse al equipo, después de no poder regresar de su país en Navidad. Aún así, el rendimiento de la plantilla hasta este mes de febrero ha sido “bueno”, como valoran desde dentro del vestuario morado, pero el plus de Omid -jugador más valorado de la competición- “es necesario”.
El Aliados es actualmente sexto, con siete victorias y cinco derrotas, después de doce jornadas de competición.
Cinco partidos en ocho días
En el caso del Servigest, su particular ‘cañonero’ no es de Oriente y se ha hecho muy rápido a la disciplina del equipo del Cid BSR. El polaco Filipski Mateusz es el jugador más destacado “en la mejor liga del mundo”, reconoce el técnico burgalés, Rodrigo Escudero. Los castellanos son séptimos, con un balance de cinco victorias y siete derrotas.
“Estamos contentos con la evolución y adaptación del equipo a la División de Honor. Es cierto que nos gustaría ser más competitivos con los rivales que se mueven por la parte alta de la clasificación, pero el nivel de juego que desarrollan es tan alto, que cualquier pequeño bajón que tengamos pasa factura“, afirma Escudero.
“Tenemos la permanencia casi garantizada, lo cual hace que podamos mirar con optimismo hacia el futuro, pero queremos seguir trabajando para mejorar en toda esta segunda vuelta e intentar ser competitivos en cada uno de los partidos”, resume el preparador del Servigest, que recuerda como el equipo tuvo que jugar cinco partidos en ocho días , entre el 4 y el 13 de diciembre, para recuperar los encuentros aplazados por los positivos entre sus jugadores. “Es una temporada atípica, y también por la ausencia de público. Ojalá nuestros aficionados puedan estar pronto en El Talamillo con nosotros”, concluye Escudero.
Los dos clubes de la Federación de Deporte Adaptado de Castilla y León (Fedeacyl) tienen asegurada una temporada más en la División de Honor, y en el “optimismo” en ambos clubes de cara al futuro, se asienta en una temporada atípica -en la que han sobrevivido-, y en que, quizá, sin tantos problemas, el desenlace no tendría techo.