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La leonesa supera la «decepción» individual en el Europeo de Croacia de boccia, con un tercer puesto por parejas con Vasile Agache
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La pareja logra la clasificación para el Mundial de Corea de 2026

Sara Aller no estalla de alegría, pese a la medalla de bronce en una cita internacional, como lo es el Europeo de Boccia de Croacia. La leonesa, la jugadora que devolvió a la boccia española a una cita paralímpica el pasado verano en los Juegos de París junto a su pareja, Vasile Agache, no está conforme con la presea.
«Perdí los dos primeros partidos a nivel individual y ya me quedé fuera de la competición», explica Aller, que relata cómo solicitó seguir entrenando para mantener el ritmo de competición tras quedarse fuera de su cuadro. «Animaba a mis compañeros y esperaba el cuadro de parejas con Vasile», señala con humildad al tiempo que remite a su trabajo con su psicóloga, con la que «el plan preparado» se había ido al traste ya a las primeras de cambio.
Las pareja, el apoyo de su compañero y un grupo muy unido, como es la boccia española en este momento, ayudó a que Sara levantase la cabeza y se preparase para lo que venía en la cita croata.
El trabajo realizado se dejó ver a nivel de BC4 con Agache, su pareja de ‘baile’ con la que logró en Coimbra hace año y medio el billete para competir en los Juegos.
Aller, pese a su eclosión internacional, sigue aprendiendo con una corta experiencia con respecto a rivales como húngaros, ingleses… Ahí está Vasile para transmitirle toda su experiencia. Como en el partido ante Hungría, en el que «clavó» la bola que metió a la dupla española en la pelea por las medallas.
El dúo nacional, previamente, pasó su fase de grupos con una victoria, la lograda ante Eslovaquia por 9-2, y una derrota por 7-4 ante Croacia, lo que les llevó a cruzarse en una eliminatoria de cuartos con la pareja húngara, a la que batieron por 7-3, y marcó «un cambio de mentalidad».
Fueron precisamente los británicos los que se cruzaron en las semis, con un contundente 7-0 alejaron la final, y Aller y Agache se las vieron de nuevo en la lucha por el bronce con la pareja local, que les derrotó en la previa. En este caso, y con «esa mentalidad ganadora», fueron capaces de llevarse la victoria contra pronóstico (1-3) y lograr la medalla para el equipo español.
«Es un placer trabajar con este equipo, y eso es lo más positivo, al margen de los resultados», concluye la medallista continental de Fedeacyl.


